De la playa chica ¿o de la playa grande?
Bueno, comenzamos prontito el periplo de escritos playeros, ya que, como tantas otras cosas, la temporada de playa se adelanta que es una barbaridad, y así vemos cómo algunos Ayuntamientos anuncian la puesta en marcha de algunos servicios de playa en plena... Semana Santa. Qué lejos quedan aquellos tiempos, con advertencias de muestras madres incluidas, y con regañina, o... algo más, si se enteraban que nos saltábamos aquello de bañarnos antes del 16 de julio, día en que la Patrona de nuestro pueblo, la Virgen del Carmen, "bendecía" las aguas.
Y así, pasamos de aquellas " temporadas" de playas de nuestra niñez, que duraban escasamente un mes y medio, a la actualidad, que comienzan oficial, o... extra oficialmente, en estos días, y si el tiempo acompaña, llegan hasta... octubre.
Y en ese afán recordatorio en el que se desenvuelven algunas de mis colaboraciones en esta página, hoy se me ocurre preguntar, si tú... o usted, fue de la playa "chica", o de la playa "grande". Si, tú... o usted, fue de quien colocaba las sábanas a modo de improvisada caseta de playa en la zona frente al "gordo", o rajamanta, y le costaba traspasar aquella frontera "imaginaria" que formaba el nido de ametralladoras y las piedras que separaban ambas playas, y que hoy ya no vemos, porque, como otras tantas cosas, las engulló la arena. O eras de la playa "grande", donde, a mitad de los años 60 del pasado siglo, comenzaron a instalarse aquellas casetas de baño que le daban un cierto aire más "refinado" a la zona, que todo sea dicho, fue "democratizándose" con el paso de los años, cuando, creo que fue a finales de los años 60, se instalaba el puesto de socorro e información, junto con las duchas y aparcamientos, y aquel inmenso bar, que creo recordar que se llamaba, obviamente... "bar playa".
Como podemos ver en la foto de la "playa chica", entonces, no abundaban los bañadores, y a los niños cualquier cosa nos servía, y nuestras madres -las que se atrevían- se mojaban hasta las rodillas, con aquellos "bambos". Y nuestros padres, "rudos hombres de mar", los pocos que iban a la playa, la mayoría no pasaban de remangarse un poco el pantalón.
En fin, recuerdos playeros que se acumulan, algo normal cuando tienes ya... muchos años, y vas llenando la " mochila" con ellos. Y en nuestro pueblo, es común que muchos de nuestros recuerdos de niñez y juventud tengan nuestras playas, principalmente la del Carmen, aunque también el chorro y el botero cuando tocaba ir de "comida", como lugares de referencia. Salud, y como siempre os digo cuando escribo de estas cosas, las mismas van "cargaítas" de recuerdos para la generación de nuestros padres.