Subirá la luz, por el apagón. ¿Puedes librarte?
El apagón generalizado en la península ibérica del pasado 28 de abril, ha hecho a los consumidores interesarse por soluciones de independencia energética. Existen. Podemos hacer una instalación fotovoltaica en nuestra cubierta (o de la comunidad) y volcar los excedentes en baterías. De este modo, podemos estar abastecidos haya o no sol y desengancharnos de la red eléctrica. Para quien no pueda hacerlo, vienen subidas en la factura de la luz. No son demasiado elevadas, pero hacen todavía más atractiva la opción del autoconsumo para quien no tenga bonificado su consumo eléctrico.
¿Qué subida es esta que viene? En la formación del precio de la electricidad, se contempla -entre varios- el concepto de restricciones técnicas. Tras el apagón, este variable está disparada y se espera que septuplique su valor de los últimos meses. Pero no nos alarmemos, el precio final del kWh no sube tanto para el consumidor doméstico con 300 kWh de consumo al mes, va a significar un aumento de unos 2,5 € en el recibo (60 € al año). El problema gordo lo tienen quienes consumen mucha más energía.
En círculos profesionales, se comenta que las grandes compañías -las más antiguas y que controlan la mayores cuotas del mercado- van a aplicar estas subidas inmediatamente, ya sea con aumentos en el precio o reduciendo los porcentajes de los vistosos -y falsos- descuentos. También las compañías más agresivas -en Barbate las conocemos- tienen un problema muy serio con el precio acordado con el consumidor. Trabajan con márgenes comerciales demasiado bajos y esta subida es muy posible que no la puedan asumir.
¿Y puede aplicarse este encarecimiento de inmediato, en la próxima factura? Sí y no, depende del caso. Las compañías comercializadoras que tienen fórmulas previstas en el contrato para aplicar estas oscilaciones pueden hacerlo. Y entre estas distinguimos tres casos: las que lo harán sin informarte, las que lo harán añadiendo una línea en tu factura y las que asumirán el coste. No esperes esto último ni de las grandes ni de las agresivas. Pero, en efecto, si la situación se mantiene, todas acabarán por trasladar al consumidor el sobrecoste. Por otro lado, están las comercializadoras que no tienen fórmulas previstas en el contrato firmado con el consumidor para aplicar este cambio en el mercado sin previo aviso. Atención, si estas en este caso, tú tienes la ventaja. Te escribirán o te llamarán para que firmes las nuevas condiciones sin decirte claramente en qué consisten. NO ACEPTES. Se trata de esto, de tu consentimiento para cobrarte más. Sin él, no podrán hacerlo.