Triunfalismo en el fracaso (III)
En días anteriores hemos observado la evolución de las cifras del paro durante los últimos 10 años en los pueblos de La Janda, Algeciras, Cádiz, Jerez y Tarifa. A la vista de ellos, hemos concluido que Algeciras, Conil, Tarifa y Barbate son, por este orden, las poblaciones con un peor comportamiento en todo el periodo. A continuación, distinguiendo las etapas pre-COVID y pos-COVID, hemos visto que Algeciras, Conil, Tarifa y Barbate son los únicos municipios que están peor todavía que en 2019. De hecho, hasta 2019, Algeciras era de las más pujantes en la bajada del paro. Conil, Tarifa y Barbate, sin embargo, eran también las más débiles en ese periodo de bonanza generalizada. Las cifras cantan. Pero igual que no podemos analizar las cifras de desempleo de Barbate sin compararlas con las de sus vecinos e iguales, tampoco podemos contentarnos con este simple análisis sin tener en cuenta otras magnitudes. En concreto, una primera imprescindible es la población.
La variación poblacional está influida por muchos factores. Un crecimiento poblacional, en general, y a primera vista, puede entenderse como un síntoma de que la economía local está creando, también, empleo. Pero esto no es necesariamente así. Los extranjeros que nos eligen a los pueblos gaditanos para su retiro van en aumento, y estos (groso modo) acrecientan el número de consumidores pero no el de productores, lo que resta a los nativos oportunidades de acceso a los bienes, como por ejemplo la vivienda. Esta casuística tampoco en uniforme. Es esperable que se dé en Conil, Barbate y Tarifa (con mayores atractivos turísticos) en mayor medida que en Algeciras (con mayores atractivos para la industria y el empleo), por ejemplo. Es decir, que a nuestros pueblo almadraberos vienen extranjeros a su retiro y a nuestra capital industrial vienen extranjeros a trabajar. En fin, son muchas las consideraciones que hay que hacer para saber si un crecimiento del número de habitantes de debe a la evolución positiva de un pueblo y sus nativos, pues también puede deberse a la sustitución de sus vecinos originales por otros que son meros consumidores que no aportan a la parte productiva.
Para facilitar las cosas y no extendernos en exceso, no vamos a entrar hoy a valorar la bajada o subida del número de habitantes de cada término. Únicamente utilizaremos esta variable para ayudar a calibrar aún más las cifras de desempleo. Veamos.
Elaboración propia a partir de datos demográficos del Instituto Nacional de Estadística
Con datos definitivos del INE disponibles hasta el 1 de enero de 2024, vemos que Conil ha experimentado un destacable aumento del número de habitantes de un 8,4 %. La siguen Algeciras con un 5,1 % y Tarifa con un 3,6 %. En la parte negativa, Barbate decrece un 0,4 % y Cádiz casi un 8 %. Nuestra capital nominal es cada año menos habitable, mientras las otras dos (Algeciras y Jerez) se sostienen o atraen a más personas. Esto nos da una pista de que el decrecimiento del número de demandantes de empleo de Cádiz no es tan bueno, pues va acompañado de un mengua muy sobresaliente de las personas que la habitan; y el incremento del mismo de Algeciras no es tan malo como en días anteriores queríamos ver, pues son cada vez más personas las que contribuyen al desarrollo de la ciudad. ¿Cuál es el caso de Barbate? De 2015 a 2019 recorta el desempleo en un 11,1 %; de 2019 a 2025 lo acrecienta en un 3,1 %. En todo el periodo, la población permanece estancada.
Mirar las cifras de número de desempleados y población por separado es importante para conocer los dos fenómenos y formarse una imagen más fiel de las realidades de un lugar. Más comúnmente suele facilitarse el porcentaje de personas demandantes de empleo con respecto al número de habitantes. Este magnitud también es relevante, pero al combinar las dos anteriores las oculta y, en particular, no nos muestra si en realidad son más o menos personas las que buscan empleo y las que viven en una ciudad. Por lo tanto, esta tasa (porcentaje de demandantes de empleo con respecto a la población) es más indicativa cuanto más estable es la población.
Volviendo a la última tabla, podemos considerar como poblaciones estables las que han oscilado entre un -0,4 % y un +0,4 %: Barbate, Medina Sidonia y Jerez de la Frontera. Ampliando la horquilla hasta un 2 %, entrarían Alcalá de los Gazules, Paterna de Rivera, San José del Valle y Vejer de la Frontera. Algeciras, Benalup-Casas Viejas, Cádiz, Conil y Tarifa han presentado una modificación muy importante en el número de habitantes (al alza o a la baja), y por tanto la variación de la tasa para estas localidades no es significativa del porcentaje de población que aspira a un puesto de trabajo.
Elaboración propia a partir de datos del INE y del Gobierno de España
A 1 de enero de 2024 (última fecha con datos de población y demandantes de empleo), Barbate es la peor, la cuarta parte de su población está inscrita en el SAE en busca de empleo. En 2015, Medina Sidonia, Paterna de Rivera y Vejer también presentaban valores por encima del 25 %; sin embargo en 2024 han sabido corregir su situación hasta el entorno del 20 %.
En todo el periodo, Barbate ha conseguido reducir su tasa de desempleo en un 6,2 % (del 27,1 al 25,4), mientras las demás poblaciones lo han hecho por encima de un 15 %. Fracaso. Si, de nuevo, distinguimos el periodo pre-COVID del pos-COVID, la cifras clave en este caso son las de enero de 2020. En el último tramo, vemos que Barbate es la única población con un crecimiento de la tasa de desempleo, y además de manera muy significativa. Fracaso. Los demás núcleos tampoco pueden estar satisfechos, pues en su caso se observa un estancamiento desde 2020.
En conclusión, las cifras del número de inscritos en el SAE en un determinado mes no significan mucho. Para interpretarlas correctamente hay que contextualizarlas. La primera vía y más evidente es observar su evolución en el tiempo; la segunda, compararlas con las de otras poblaciones próximas; la tercera, acompañarlas de la evolución del número de habitantes.
Que en Barbate haya 183 inscritos menos en el SAE en abril con respecto a marzo, Semana Santa mediante, no es ninguna sorpresa, como tampoco lo será que esas personas vuelvan al paro en septiembre u octubre. Barbate no crea empleo, sustituye a unos empleados por otros al comienzo de cada temporada de verano. De hecho es aún peor, desde 2020 Barbate aumenta el número de desempleados en una población que decrece ligeramente.
Nos comparemos con quien nos comparemos de nuestros vecinos salimos perdiendo, aunque como hemos podido atisbar cada uno de ellos tiene sus propios problemas. Algeciras no se repone en disminución del paro tras la hecatombe del COVID, pero sigue imparable en crecimiento poblacional. Habrá que esperar a que se estabilice para conocer su situación real. Cádiz disminuye el paro de modo destacado, pero continúa expulsando a sus vecinos por miles (diez mil en nueve años). Habrá que conocer su economía mejor para evitar sus errores, porque su modelo no es envidiable. Conil y Tarifa tienen cifras de desempleo similares a Barbate, pero sus poblaciones crecen, aunque seguramente este crecimiento no sea tan sano como cabría desear y se trate de turistas permanentes. Crean más riqueza, pero no cae en más manos al no crear empleo. Además, disminuye las posibilidades de acceso a bienes como la vivienda a los residentes anteriores.
En fin, señor Molina, esperamos que aunque en septiembre no vaya usted a acordarse de difundir las cifras que le facilite el SAE de aumento del desempleo en Barbate (ya que no le convendrán), al menos sea usted consciente de dónde obtenerlas por su cuenta y cómo hacer para leerlas con mayor corrección. Para mirarnos a nosotros mismos también tenemos que mirar a nuestros vecinos. Ellos son nosotros, lo que somos hoy o lo que seremos mañana.
¿Para cuándo las viviendas de El Jarillo? No siga despoblándonos. Detenga los proyectos urbanísticos asociados al turismo, destructivos de nuestro pueblo y de sus gentes. Hoteles, sí; urbanizaciones, no. Apueste por atraer a aquellas empresas e industrias que ahondan en nuestro carácter y generan empleo: a las Ubago, todo, a los McDonalds, nada. Demuestre que le importan los barbateños reactivando instalaciones municipales que llevan demasiado tiempo sin funcionar y facilitándoles el acceso y uso de las mismas. El alquiler de los espacios municipales y las propias vías y espacios públicos -en un estado lamentable- a los vecinos no demuestra interés por los barbateños y el desarrollo de sus iniciativas y el propio pueblo.
Pero bueno, comprendemos que todo esto es mucho pedir, y para qué. Baste con hacerse fotos colocándose una plaquita en su barriada, instalando un mostrenco en el Paseo Marítimo o en situación victimista frente al ministerio o la asociación de vecinos de turno. Esto sí es un alcalde, y el que no lo vea es que no quiere a su pueblo. ¿A que sí?