Normalización del narcotráfico en Barbate: de la violencia a la impunidad diaria
Imagen creada con Gemini AI
La memoria de lo sucedido en la bocana del puerto de Barbate el 9 de febrero de 2024 sigue presente. Aquella noche, dos agentes de la Guardia Civil, David Pérez y Miguel Ángel González, fueron asesinados cuando una narcolancha embistió su embarcación de forma repetida. Lo que hizo de la tragedia un episodio aún más infame fue la difusión de vídeos en los que varios individuos, desde el muelle, jaleaban la acción y celebraban la muerte de los agentes. Aquello fue un acto de violencia explícita y un símbolo de la impunidad que el narcotráfico sentía en la zona.
La Violencia como Precedente
Ese asesinato marcó un punto de inflexión, evidenciando el desprecio absoluto de los narcotraficantes por la vida humana y la autoridad. Demostró que no solo estaban dispuestos a saltarse la ley, sino a confrontar a las fuerzas del orden de la manera más violenta. Los vídeos, que se convirtieron en virales y causaron una indignación masiva, eran una muestra de un poder que ya no se escondía.
Del Asesinato al Descaro Cotidiano
Ahora, el descaro ha evolucionado. Si el asesinato de los agentes fue un acto de violencia extrema, el alijo en Los Caños de Meca del pasado sábado, 30 de agosto, representa la normalización de la actividad criminal. A la vista de decenas de familias, un hombre desembarcó droga de una embarcación de recreo, mostrando una actitud de absoluta impunidad. La escena, grabada por los propios bañistas, no solo es una prueba para las autoridades, sino que funciona como una declaración de que el narcotráfico ha dejado de ser un delito clandestino para convertirse en una operación visible, casi banal, a ojos de la sociedad.
Es importante destacar que, desde un punto de vista legal, el vídeo de por sí no es una prueba inculpatoria definitiva. Para que tenga peso en un juicio, debe ser validado por peritos para asegurar que no ha sido manipulado y debe ser corroborado con otros elementos, como el testimonio de los testigos y las investigaciones policiales. ¿Realmente era hachís?
La Impunidad: Entre la Saturación Judicial y la Prescripción
La aparente impunidad de los narcotraficantes no es casual. Detrás de esta audacia se encuentra el conocimiento de las vulnerabilidades del sistema judicial español. Los juzgados de Barbate y de toda la provincia de Cádiz se encuentran saturados por el ingente número de casos de narcotráfico, lo que provoca retrasos significativos en los juicios.
Los traficantes son conscientes de que esta saturación puede jugar a su favor. Utilizan estrategias para dilatar los procesos con la esperanza de que, con el tiempo, el caso se diluya o, en última instancia, prescriba. Si bien los delitos graves de narcotráfico tienen largos plazos de prescripción (de 15 a 20 años), el mero hecho de que esta estrategia sea una opción viable refleja la sobrecarga del sistema.
Si el ataque en el puerto fue el colmo de la violencia, el alijo en la playa es el sumun de la impunidad. La sensación es que el "negocio" se ha integrado de tal manera en el paisaje que los traficantes no sienten la necesidad de esconderse. Se ha pasado del desprecio por la vida al desprecio por la ley, a plena luz del día.