Adónde va el dinero de la pesca
La debacle en el sector pesquero es imparable. De 2002 a 2023 se ha perdido más de un 34 % de los empleos, mientras que en el total de sectores de la economía española ha crecido un 27 %. El sector pesquero genera dos empleos indirectos por cada empleo directo, pero sus cifras de partida son minúsculas (54.700 personas) y parece que a quienes mueven nuestros dineros no les importan demasiado, aunque se lleven por delante pueblos enteros.
Impacta el contraste con la agricultura. La Política Agrícola Común tiene un presupuesto de 2021 a 2027 de 387 mil millones de euros, un 25 % del total del presupuesto anual de la unión, de los cuales dos tercios son pagos directos a los agricultores. ¿Y qué pasa con la pesca y sus empresarios?
Decíamos ayer que la flota pesquera española ha pasado de tener 13.398 buques activos en 2006 a 8.432 en 2024. En Andalucía, de 2.027 a 1.406; y en Cádiz, de 728 a 452. Las cifras, cantan. Y aunque el impacto macroeconómico no sea significativo sí lo es en las pequeñas poblaciones que sostienen el sector extractivo. Lo es en la economía, en la cultura y en la identidad de esos pueblos.
A la par que se produce esta debacle marinera, las importaciones de pescado no paran de crecer, suponiendo un 60 % de lo que consumimos. Incluso las conserveras, que en otro tiempo se localizaban cerca de los puertos pesqueros para abastecerse de ellos, hoy lo hacen con productos provenientes del exterior. ¿Cuánto tardarán en deslocalizarse? ¿Si no necesitan a los puertos pesqueros locales, para qué estar cerca de ellos, qué ventaja les proporciona? ¿No será mejor irse a Marruecos? Actualmente, en este contexto de empresas pesqueras perdidas, las conserveras tienen sus propios problemas, y el principal es el del abastecimiento.
La dependencia del exterior nos convierte en vulnerables, y esto no creo que sea necesario explicarlo demasiado.
Pesca y conservas, de la mano
Una industria conservera fuerte y estable solo puede serlo con un sector pesquero fuerte y estable. Y esto, que parece tan evidente, nuestros dirigentes autonómicos, nacionales y europeos no parecen entenderlo.
¿Por qué no hay subvenciones a los armadores para, en efecto, adaptarse a otras pesquerías más lucrativas? O más sencillo aún, todos los productores agrícolas reciben cuantiosas cantidades de dinero para que sus productos salgan más baratos al mercado, ¿por qué no sucede lo mismo con los empresarios de la pesca y sus empleados? No son cifras tan desproporcionadas que no quepan en los 387.000.000.000 € de la PAC. 8.432 embarcaciones con cifras de 2024 y 35.900 trabajadores/as con cifras de 2023.
Pues no, a estos se los deja perderse. Y mientras se destinan suculentas sumas a las manufactureras. Un contrasentido. Deberían ir a la par.
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