Barbate busca abogados
Miguel Molina, alcalde de Barbate.
Estudiar, preparar y dictaminar los asuntos jurídicos encomendados.
Dirección jurídica de asuntos civiles, penales, sociales y contenciosos administrativos.
Elaborar informes jurídicos.
Asistencia a juicios.
No es la primera oferta de empleo público para abogados que Barbate lanza este año, en las que la temporalidad es la norma. Y, de esta manera, no parece que estas contrataciones vayan a satisfacer las necesidades reales del Ayuntamiento.
Cabe recordar, como publicamos el pasado 6 de agosto, que la Oficina Andaluza Antifraude recibió una denuncia contra Miguel Molina por contratación y pago irregular de 57.000 € al despacho de abogados de Manuel Carrión, ex-secretario particular del alcalde, Miguel Molina, y actual gerente de la empresa municipal INNOBAR.
En unos asuntos tan serios como son los de la asesoría jurídica del Ayuntamiento de Barbate, Barbate no puede ponerse ni en manos de un despacho particular ni de trabajadores temporales. El seguimiento de los temas no puede hacerse de manera improvisada ni por periodos de tiempo tan cortos, pues la vía judicial es de largo desarrollo. Pero eso a nuestros gestores municipales parece no importarles. Tal vez piensen que sea mejor tener empleadas a personas sin capacidad real operativa, así tienen el pretexto idóneo para recurrir a empresas particulares a las que les unen lazos cuando menos personales.
La excepción como norma
A los lamentos de Miguel Molina por la exclusión provisional de Barbate del Plan EDIL, se sumaron los de Ana Moreno, que afeó la falta de sensibilidad del Gobierno de España con Barbate. Ambos saben que el proyecto presentado no cumplió con los requisitos exigidos, pues su baremación quedó por debajo de la nota mínima exigida, pero eso no obsta para pidan un privilegio para sí mismos. A ellos y a su proyecto no se le pueden aplicar criterios objetivos como al resto de municipios españoles, vinieron a decir, con ellos hay que hacer una excepción porque ellos y Barbate la merecen.
Esta penosa actitud nos recuerda a la del dicho brasileño: “para mis amigos, todo; para los demás, la ley”, y nos hace observarlos con prudencia si no con desconfianza. En el caso del Plan EDIL su destino es el mismo que el de Barbate y los barbateños estamos con ellos, nos representan y su interés es el nuestro. Pero, si esa actitud de aceptar la excepción como norma es la que les conduce en todos sus asuntos públicos, los barbateños tenemos motivos para estar muy preocupados.
En la cosa pública, señora Moreno y señor Molina, no hay que demostrar sensibilidad ninguna con ningún particular, sino solo y exclusivamente con el interés de Barbate y con el derecho de todos y cada uno de sus ciudadanos. ¿Es esta su premisa?